Siempre queda el amor

Birdee Pruitt parece tenerlo todo: Fue la reina de la belleza y lleva años felizmente casada con el apuesto novio que se echó en el instituto, tiene una buena casa y una hija despierta y sensible. Pero un día que es invitada a un programa de televisión, se entera a la vez que todos sus amigos, vecinos y medio país, que su marido la ha estado engañando con su mejor amiga. Todo se desmorona a su alrededor y Birdee deberá comenzar de nuevo desde abajo. Sin otro lugar al que dirigirse, Birdee y su hija Bernice, de nueve años, toma de nuevo el camino de Smithville, en Texas, el pueblo donde creció para instalarse en casa de su madre Ramona. Allí todo se le complica aún más. Además de lidiar con su madre a la que deberá comenzar a conocer ahora, de ocuparse de una hija que añora desesperadamente a su padre, se enfrentará a la posibilidad de volverse a enamorar del chico que siempre estuvo loco por ella desde el colegio.