Siete mundos, un planeta: Norteamérica

Norteamérica se caracteriza por su clima extremo y estacional. En Yucón, Canadá, el invierno puede ser brutal, cayendo hasta dos metros de nieve en un solo día. El aire del Ártico fluye sin obstáculos hasta los pantanos del sur, encerrando a los caimanes en capas de hielo, y obligando a los manatíes a huir en busca de aguas más cálidas.

Cuando las temperaturas son apropiadas, los bosques de Mississippi cobran vida con el espectacular resplandor de millones de luciérnagas. En el centro de Norteamérica, el aire cálido del Golfo de México se mezcla con el aire del Ártico dando lugar a tornados.

Al oeste de las Montañas Rocosas, los cañones y las rocas del desierto de Arizona parecen zonas inertes, salvo por los lagartos y el correcaminos. Por culpa del cambio climático, los veranos en el norte del Ártico se hacen más largos y más calurosos. Los osos polares buscan formas ingeniosas de vencer los meses de escasez.